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sábado, marzo 15, 2008

Darse cuenta...


Amable lector ¿ha pensado en cómo por casualidad afectan a nuestra vida desconocidos (y recíprocamente afectamos), con los que probablemente nunca más tendremos contacto, y sin que ellos nunca lleguen a darse cuenta?

Encontré esta “iluminación” en “Short Cuts” (1993, dirigida por Robert Altman y basada en 9 historias breves y un poema de Raymond Carver). Menor, pero en la misma línea, “Magnolia” (1999, escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson): Historias paralelas con puntos ocasionales de conexión; el papel de la casualidad, la suerte, las oportunidades, el cómo se entrelazan a menudo invisiblemente… Véanlas.

Estos días vuelvo sobre ello por cuestiones personales. No sé de mejor ejemplo que mi historia: El marido de la compañera de habitación de hospital de alguien que me importa, al preguntarle por la persona a la que visito me dice “está dando un paseíto, con la chica y el novio de ella…”. Crack.

Esas palabras, sin trascendencia para un hombre que quizá nunca más me cruzaré, suponen asomarme a una realidad en la que mi ex-novia, a la que no veo desde hace mucho, de la que no tengo apenas noticias, tiene una nueva relación. Permítanme ahorrarme detalles. Mi pudor lo impide.

En los días siguientes continúan los hechos “casualmente” relacionados: Mientras tomo un café, una joven a mi lado lee una peculiar revista del corazón a la que me aficionó, y que era uno de nuestros juegos privados; la entrevista que hace Squire a una periodista con su mismo nombre y apellido, que de hecho no lo es, pero esa es la gracia: a menudo me confundía y cambiaba el orden, nombrándola tal y como se llama la entrevistada; el DVD de una de mis películas amadas encontrado imprevistamente y que, a la hora de pagar, me regala sin más la preciosa dependienta, es justo el que un día me regaló y que acabé perdiendo (ahora vuelve a mí, cerrando un círculo)…

Mi reflexión quizá sólo tiene que ver con que hay momentos en que se es más sensible a darse cuenta de estas interacciones, que no dudo siempre están ahí. En todo caso, sugiero que piense en ello. Si abre la misma puerta a la realidad, a los sentimientos y pensamientos que quien esto escribe, aseguro que valdrá la pena.

PD: Veo un concepto relacionado, aunque limitado normalmente a la Ciencia: “Serendipia” (Serendipity), efecto por el que alguien accidentalmente hace un descubrimiento afortunado, especialmente buscando algo totalmente distinto. Un aspecto clave es la "sagacidad" de ser capaz de enlazar hechos en apariencia inocuos, desconectados, para llegar a una conclusión valiosa… Eso es lo que se consigue, en mi caso muy de vez en cuando, al “ver” los hechos de los que hablo y lograr sacar conclusiones de ellos. Y entonces, créame, es algo maravilloso.

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