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viernes, enero 23, 2009

Presidente Obama


Barack Obama es presidente de los Estados Unidos de Norteamérica. Mucho está ya dicho, así que sólo destacaré los párrafos y notas que extraigo de mi lectura de su discurso inaugural (según traducción al español de María Luisa Rodríguez Tapia, El País 21/01/2009).

  • "... Estados Unidos ha seguido adelante, no sólo gracias a la pericia o la visión de quienes ocupaban el cargo, sino porque nosotros, el pueblo, hemos permanecido fieles a los ideales de nuestros antepasados y a nuestros documentos fundacionales." - Él es uno más del pueblo.
  • Crisis en vivienda, empleo, sanidad, educación y energía + desconfianza los temas en los que trabajar.
  • Esperanza vs. miedo; propósito común vs. discordia.
  • "Ha llegado la hora de [...] escoger lo mejor que tiene nuestra historia." Y descartar por tanto lo malo.
  • "Todos somos iguales, todos somos libres, y todos merecemos una oportunidad de buscar toda la felicidad que nos sea posible."
  • Prosperidad y libertad: conseguidas con audacia, actividad, construcción.
  • "... el periodo del inmovilismo, de proteger estrechos intereses y aplazar decisiones desagradables, ha terminado;"
  • Pone el foco en infraestructuras de transporte y comunicaciones, ciencia, modernización de la sanidad, energías renovables, modernización de la educación.
  • Confianza del pueblo y su Gobierno; prudencia en el gasto, cambio de los malos hábitos, transparencia.
  • Control del mercado prosperidad (de todos) vs. riqueza (de unos pocos).
  • "... rechazamos como falso que haya que elegir entre nuestra seguridad y nuestros ideales [...] el imperio de la ley y los derechos humanos".
  • "... nuestro poder no puede no [...] nos da derecho a hacer lo que queramos."
  • "... disminuir la amenaza nuclear y hacer retroceder el espectro del calentamiento del planeta."
  • "Somos una nación de cristianos y musulmanes, judíos e hindúes, y no creyentes." Bien, estamos todos.
  • "... el mundo ha cambiado, y nosotros debemos cambiar con él."
  • "... espíritu de servicio, la voluntad de encontrar sentido en algo más grande que ellos mismos."
  • Gobierno - Comunidad - Individuo → fe y empeño
  • "... valores de los que depende nuestro éxito - el esfuerzo y la honradez, el valor y el juego limpio, la tolerancia y la curiosidad, la lealtad y el patriotismo - son algo viejo. [...] Por eso, lo que se necesita es volver a estas verdades." Increíblemente inspirador.
  • "... tenemos obligaciones con nosotros mismos, nuestro país y el mundo;"

Nota final.-


El presidente Obama firmó ayer día 22 las siguientes órdenes ejecutivas:

  • Cierre de la prisión de Guantánamo en el plazo no mayor a 1 año.
  • Prohibición de la tortura y los malos tratos en interrogatorios y encarcelamiento de presos.

Puesta en práctica de las intenciones declaradas en campaña. Ruptura con el nefasto pasado reciente. Derechos humanos, coherencia, liderazgo, esperanza, futuro.

jueves, enero 22, 2009

Lost in Connection (Comentarios Finales)

Antes de nada, muchas gracias a todos los que habéis seguido mi diminuta aventura. Si estas cosas merecen la pena es por la gente que se aprecia, y que le aprecia a uno, con las que se vuelve a contactar a la vuelta...

Un par de comentarios finales:

- El regreso, también con Iberia, es algo mejor: Vuelo directo Boston - Madrid; sólo sale con 1 hora de retraso, y llega con media... ¡un paraíso! Además me toca una salida de emergencia y puedo estirar las piernas.

- En el vuelo de ida a Chicago: olvido comentar que mis compañeros de fila músicos (la pareja rusa) volvían de Israel. Malos días en la zona. Gaza, ya sabéis. Además, tengo que dar las gracias a una natural de San Diego con la que pego hebra una hora bebiendo agua en la cola del avión. Curiosa: me cuenta que tiene orígenes piamonteses, y percibo que ve la vida con el relajamiento relativo que gastamos en el Mediterráneo. Debe ser el espíritu californiano. Me dice que estando en Alemania, hablando alemán la confunden como española, nunca aciertan que es yanqui. Será su aspecto (es cierto, podría pasar por nativa de aquí) aunque con algo más de exuberancia de la que veo a diario desde mi guarida madrileña...

martes, enero 13, 2009

Lost in Connection (2ª parte)

Abro los ojos. Son las 4:20, así que he dormido 5 horas. El cambio horario, el ruido del aire acondicionado y un sms acaban por despertarme. Salgo a echar un pitillo pisando nieve helada. Tomo un zumo, un preparado de avena, y me doy una ducha caliente. La espalda me deja respirar…

Las siguientes 3 horas y media escribo la primera parte de este viaje, fumo 3 cigarrillos, reviso los buzones de email y leo prensa en la web. Divertido, ¿verdad?.

A las 9:00 salgo del hotel con mi compañero de desdichas en el camino a Boston y una pareja de españoles con nene de regreso a su casa en la bahía de San Francisco.

9:35. ¡Yupi! Todos los vuelos a Boston de la mañana están cancelados por la nieve allí. En menos de 2 días he cazado 3 tormentas de nieve en 2 continentes distintos. Me separo de mi compañero unos minutos para cambiar mi vuelo (no le vuelvo a ver desde entonces), y consigo que American Airlines me ponga en el siguiente en el que pueden confirmarme asiento: United Airlines, salida ¡a las 5 de la tarde! Eso, claro, si acaba saliendo…

Pongo al día a mi familia por teléfono, intercambio sms’s con mis amigos en España, y actualizo a mi jefe el estado de mi odisea por email. En el mostrador de Iberia, para variar, no hay nadie. Les llamo. Me dicen que abrirán a las 2 menos cuarto. Planeo llorarles un poco.
Pitillo y a la T.1, la de United. Me aseguro la tarjeta de embarque. Paso el (largo) control de seguridad. Compro una barrita de cereales y el GQ americano por la portada de Jenny Anniston (espectacular la tronca a los 40). Consumo todo y me aburro. Exploro tiendas en 3 terminales, y encuentro que el aeropuerto O’Hare es en esto el más pobre del mundo occidental.

Me quedan 5 horas de espera, y decido salir de la terminal a fumar. Vuelvo a los mostradores de Iberia. Espero 20 minutos. Es la 1 de la tarde, abren por fin. Para variar, “debido a que los retrasos se han debido a condiciones climáticas”, no consigo ni siquiera el vale para un bocadillo. Apenas les lloro. Me largo. Ni me cabreo.

Nieva levemente. Vuelvo a la T.1. Compro un bagel de canela con Philadelphia (me lo como por separado, metiendo y chupándome el dedo untado de crema de queso), una manzana y un café con leche mediano: Podría sacar 3 del tamaño normal en España. Aquí, ya se sabe, todo es más grande.

Mientras apuro el café escuchando “Mentiroso Mentiroso” de Iván Ferreiro (hacía mucho que no lo hacía… http://niestaniseleespera.blogspot.com/2008/03/ivn-ferreiro.html), y me fumo un par de Luckies, una chica de unos 20 años me pide ayuda. Se ha quedado sin pasta y va a recoger a su novio. Son 30 dólares cada trayecto de 2 horas en bus. La situación la avergüenza mucho, se nota. Nadie le ayuda, e incluso un tipo le ha gritado en un idioma que no entendía. Lo que pueda darle estará bien. Decido que si estuviera en su lugar me sentiría bien jodido, y que esta va a ser mi “buena acción del día”. Ni me paro a recapacitar si lo que cuenta es verdad o no. Busco un cajero. Saco 80 dólares y se los doy (trayectos completos, y para tomarse algo caliente). Se sorprende. Me pregunta si estoy seguro. “Sí”. Se ofrece a devolvérmelos si le doy una dirección. “No es necesario”. Le doy una tarjeta con mi email y le pido que sólo me escriba diciéndome como ha ido todo. Lo promete (no creo que lo haga), dice que me mandará flores (jajaja), me abraza un par de veces dando gracias y la pierdo de vista. Apuro otro cigarrillo.

Paso de nuevo el control de seguridad, otros 15 minutos sin esperar cola. Busco la puerta de embarque, me siento y escribo; me animo con Jamiroquai, leo Wired (“prestada” del hotel), y cuando a las 4 y 20 vuelvo del baño, ‘surprais, surprais’, el vuelo está demorado 40 minutos…

5:45 de la tarde. Embarco, en el último grupo que llaman, no falla, y tengo asiento central. Leo el catálogo de compras de ‘sky mall’, la revista de United, y escucho a Björk a todo lo que da el ipod nano.

Poco más ya. Aterrizamos sin más novedad. Echo el cigarrillo de rigor al salir del aeropuerto. Curioso: un tipo me pide un pitillo y se empeña en pagármelo (no le cojo la pasta, claro), y en las vallas de publicidad anuncian ¡catéteres!. O hay un congreso médico estos días, o estos Bostonianos son muy raros…

El taxista, por supuesto jamaicano y con Bob Marley de banda sonora, me lleva rápido al hotel, el Westin Copley Place hotel (http://www.starwoodhotels.com/westin/property/overview/index.html?propertyID=1035&language=es_es&PS=PS_aa_NewEngland_SPANISH_ES_Branded_boston_westin_copley_place_072808_NAD_FM), y encuentro varios compañeros en el bar. Son casi las 10 de la noche del domingo, y soy el “chico noticia” del fin de semana en mi grupo. Acabo resumiendo mi historia unas 10 veces. Todos se compadecen un poco de mí, y siguen bebiendo. Han sido 43 horas desde que salí por la puerta de casa.

Por fin llego a la planta 25. ¿Sabes qué? Mi habitación es la más alejada desde el ascensor. No podía fallar.

Las 11. Cama. Dormir.

domingo, enero 11, 2009

Lost in Connection (1ª parte)

Sábado 10 de enero de 2009, viaje de trabajo de 5 días a Boston. Tras el cierre ayer viernes de Barajas por la nevada sabía lo que me esperaba… Pero no, no lo sabía.

Me levanto, las 8:00. Leo un email de aviso de tormenta de nieve en la zona de Boston. Fumo un cigarrillo, el último en muchas horas. Vuelo vía Chicago (es estúpido, pero es lo que hay). Llego al aeropuerto sobre las 10:30. Colas interminables en la facturación de la T.4. Mi vuelo se cierra en 15 minutos, así que busco el mostrador de cierre inmediato y espero unos 25 minutos la tarjeta de embarque. Estoy en lista de espera, hay ‘overbooking’. Si no vuelo hoy “puede hacerlo mañana domingo en vuelo directo…” ¡En qué hora no le digo al tipo que directamente me ponga en ese vuelo (además, algo de pasta habría sacado)! Pero la responsabilidad me puede…

Espero en la puerta de embarque una media hora a que pase todo el mundo. Las 11:50 de salida prevista se han convertido en las 12:20.Gracias a mi categoría de cliente “Ruby en la alianza OneWorld” tengo plaza (una señora con 3 niños pequeños no tiene tanta suerte), la 28D, pasillo, casi al final del Airbus 340.

2 horas sin movernos. Esperamos que descongelen las alas (tienen unos 15 centímetros de nieve). Rodamos por la pista y despegamos. Salimos con 3 horas y 20 minutos de retraso, sé que no llegaré a mi vuelo de conexión (tenía sólo 1 hora y media para hacerla), y tengo hambre. Me esperan 9 horas y media como mínimo de vuelo en clase turista.

Comida de lo peor. Veo “Apaloosa” de Ed Harris. Pego hebra con mis compañeros de fila: Una pareja de rusos emigrados a USA que se quedaron atrapados el viernes en Madrid a su vuelta desde Israel a Chicago. Él toca la viola, incluso lo ha hecho en el Palacio Real con la colección de Stradivarius, y ahora da clases de música en la Universidad de Michigan State; ella era pianista. Está además una muy simpática (¡gracias por la mandarina gallega!) profesora de español de La Coruña, de vuelta a su puesto en la Universidad de Birmingham, Alabama. Al menos la señora rusa me descubre al chelista Yo-Yo Ma (http://www.yo-yoma.com/), al grupo de su hijo violinista ‘Brooklyn Rider’ (http://www.brooklynrider.com/), me recomienda un compositor llamado Anton Webern (http://es.wikipedia.org/wiki/Anton_Webern), y descubro que existe una versión de las Variaciones Goldberg para violín, viola y chelo.

Cuando en la pantalla del avión veo que sobrevolamos los Grandes Lagos, comenzamos a dar vueltas justo en medio, esperando nuestro turno de aterrizaje “debido a las condiciones metereológicas”. Así estamos más de 45 minutos.

Aterrizamos. Todo es blanco. Estamos en medio de la nada a 300 metros del finger. Pasamos 1 hora esperando nuestro turno de enganche.

Desembarco. Terminal 5. He acabado con unas 5 horas y media de retraso sobre el horario previsto. Ni rastro del personal de tierra de Iberia que se supone nos estaría esperando a los que hemos perdido las conexiones. No he dormido nada. Estoy cansado.

Me pongo en la cola de aduanas e inmigración. Me toca la de los tontos, y un oficial aún más idiota. Espero algo más de 1 hora. Paso.

Terminal 3. La mitad de la terminal está vacía. La otra, llena de colas de gente. Hay muchos vuelos cancelados/retrasados por la nieve en Chicago. El mostrador de Iberia, como no, está justo el último en la parte ya vacía. Dejo mis bultos en la cola y fumo el primer cigarrillo en unas 16 horas. Hace frío, mis pantalones vaqueros se quedan tiesos como el cartón, y el aire te corta la cara.

De vuelta en la cola, me siento en el suelo. Me duele la espalda. Espero unos 45 minutos a que me atienda una abuelita yanqui, al menos muy amable y sonriente, que no habla ni papa de español por supuesto. Me hubiera dado igual llegar a tiempo: mi vuelo a Boston se canceló por el tiempo en Chicago. Logro una plaza en el de mañana domingo, salida a las 12:20 del mediodía, y un vale descuento en un hotel del aeropuerto.

Llego con otro español que también viaja a Boston por trabajo a la estación de furgonetas de los hoteles. No hay indicaciones de dónde para cada cual. Acabamos encontrando la adecuada. Pero es tan pequeña y hay tanta gente esperando que tras subir la maleta, tenemos que bajarla porque ya no hay asientos… Mi espalda me duele tanto que casi no puedo respirar. Me preocupo, mucho. Es la primera vez que me pasa en toda mi vida. Me tomo 1200 miligramos de ibuprofeno y un par de Lucky Strikes. No puedo tumbarme en ningún sitio.

Tras otra media hora de espera, llega la furgoneta, la asaltamos y me planto en el hotel en menos de 10 minutos (‘aloft’ se llama el sitio). Pido cama ‘king size’ y llamada de despertador a las 8:15.
Me acuesto. Son las 11 de la noche, las 6 de la mañana en Madrid. Llevo 22 horas despierto. No sé cuántas sentado o esperando en colas. Me duele mucho. Mucho. Me duermo…